viernes, 2 de mayo de 2014

DEMONIOS, DJINNS Y OVNIS




En un nuevo artículo publicado en Mysterious Universe titulado ¿Posee la CIA una joya infestada por un Djinn?  Jesse Woldman señala: “En una página que encontré se anunciaba un anillo de segunda mano, por alrededor de 500 dólares. Lo que me pareció particularmente interesante fue su descripción. Se alegó que el anillo había sido usado por “una exitosa agente de la CIA” que había utilizado el Djinn contenido en el interior para ser promovida de forma rápida dentro de su departamento y disfrutar de muchas experiencias positivas, tanto en su vida personal como profesional.”

Para aquellos que no están familiarizados con los djins, son antiguas criaturas sobrenaturales que, de acuerdo con el Corán, están hechos de “fuego sin humo”, y son por lo general hostiles, manipuladores, e incluso mortales.


Woldman también apunta en su historia del anillo de segunda mano de la CIA: “… este extravagante artículo me recordó los rumores que había oído anteriormente sobre cómo el gobierno de los EE.UU. de hecho mantenía relaciones con djinns y otras entidades, en un esfuerzo por tratar de emplear estos poderes poco comprendidos para conseguir objetivos militares “.

Esto es intrigante, ya que encaja muy de cerca con mi propia investigación sobre cómo dichas entidades potencialmente muy peligrosas han sido objeto de interés oficial, de alto secreto.

En 2009 me reuní con un cierto anciano Dr. Mandor, que me había invitado a su ruinosa casa. Infinitamente paranoico y profundamente inquietante, Mandor aparentemente había estado al frente de un proyecto cuasi-oficial encargado, a principios de 1980, de la determinación de la verdad detrás del fenómeno de “abducción alienígena”. Decir que Mandor estaba obsesionado con el mundo y la tradición de los djinns no es un eufemismo.

Mandor, -quien creía que los llamados “grises” del fenómeno OVNI eran literalmente djinns-, también estaba obsesionado con tratar de evocar y dominar a un djinn, sin duda un objetivo de proporciones definitivamente descabelladas. Conté la historia del médico espeluznante en mi libro de 2010, Eventos Finales. Pero Mandor aparentemente no era el único miembro de este proyecto que tenía un deseo apremiante de convocar a las entidades sobrenaturales empeñadas en atormentar a la raza humana.



El proyecto fue dirigido por un grupo apodado la Elite Collins (su verdadero nombre todavía se me escapa). 

Fui introducido en su mundo misterioso y oscuro por un sacerdote anglicano (quien también es un ex-director estatal de la MUFON), llamado Ray Boeche.

En enero de 2007 entrevisté a Boeche sobre este mismo tema de integrantes de estamentos oficiales que tratan de evocar, e incluso  controlar, entidades peligrosas y malévolas para beneficio militar. Como Ray me reveló, a finales de 1991 se reunió con dos miembros del grupo, -ambos físicos del Departamento de Defensa de EE.UU.-, que le contaron una  fascinante pero peligrosa historia.

En las propias palabras de Ray…

“Me pareció interesante porque ellos me habían contactado en el trabajo; y no tengo ni idea de cómo me siguieron hasta allí. Pero ellos querían saber si podríamos reunirnos y almorzar para hablar de algo importante. Me reuní con ellos por un breve período de tiempo en esa primera reunión, y entonces dijeron: ‘Nos gustaría reunirnos y tener una conversación más larga’. La organicé por fin y fue una discusión bastante larga, probablemente tres horas y media. Y así es como ocurrió todo.

Después de dos reuniones, cuando tuve la oportunidad de comprobar que los hombres tenían los cargos que pretendían mantener, y aparentemente eran quienes decían ser, yo estaba intrigado y emocionado ante la posibilidad de haber tropezado con un área más o menos intacta que podría ser investigada. Pero también estaba cauteloso en términos de ‘¿por qué yo?’”

Y así fue que Boeche se sumió de lleno en un mundo extraño y surrealista de proyectos clasificados del Departamento de Defensa, reuniones secretas y  seguimiento de diálogos con fuentes del estilo Garganta Profunda, e historias de encuentros muy inquietantes con lo que le describieron como ENH o entidades no humanas, que muchos dentro de la comunidad de investigación OVNI creen son alienígenas, pero que algunos elementos del Departamento de Defensa creen que son nada menos que los esbirros engañosos de Satanás: los demonios.


“No tenía forma de saber antes de nuestra reunión cara a cara si había alguna legitimidad en esto en absoluto”, Ray me explicó. “No se me dio ninguna información en absoluto antes de nuestra reunión; sólo la indicación de que estaban involucrados en áreas de investigación que encontraría interesantes, y que tenían algunas preocupaciones que deseaban tratar conmigo.”

Y ahí es donde todo se volvió decididamente oscuro y siniestro, como Ray me dijo…

“Ellos llegaron a creer que las ENHs no eran extraterrestres en absoluto; ellos creían que eran una especie de entidades demoníacas. Y eso sin tener en cuenta cuan benevolentes o beneficiosos parecían esas entidades con algunos de los contactados, siempre terminaron siendo contaminados, -a falta de un término mejor-, con algo que a la larga resultó ser malo. No había en última instancia nada positivo de la interacción con las ENHs.”

Ray continuó: “Ellos sintieron que realmente caía más en la categoría de un vasto engaño espiritual en lugar de ovnis y extraterrestres. En el transcurso de toda la discusión, quedó claro que ellos realmente veían esto como de un origen demoníaco que estaba allí simplemente para tratar de confundir la cuestión en términos de quiénes eran, lo que querían, y lo era la fuente de la verdad última.”

Como Ray también señaló: “Si extrapolamos a partir de su postura que estos son demonios en el sentido bíblico de la palabra, entonces, lo que estarían haciendo aquí sería intentar crear un engaño espiritual para embaucar a tanta gente como sea posible.”

Y en cuanto a cómo los elementos del Departamento de Defensa estaban involucrados con las ENHs en alguna forma de contacto, a Boeche le contaron una historia verdaderamente extraña y alarmante:

“Por lo que me dijeron, parecía que alguien había invocado algo y abrió una puerta para permitir que estas cosas entraran. Eso es ciertamente la impresión que me dieron. Nunca he sido capaz de conseguir un punto exacto de origen de este tipo de experimentos, o de su participación, y cuando empezó. Pero tuve la impresión de que a causa de lo que sabían y la información que presentaban, que habían participado por lo menos durante varios años, o incluso que el proyecto había durado mucho más tiempo.”

Ray también me dijo que los involucrados en el proyecto detectaron una nube oscura que se cernía encima. No estaban equivocados: hubo muertes asociadas con el programa, las ENHs demostraron ser altamente engañosas y manipuladoras, y nada bueno salió de tales arriesgados escarceos.

Y mucho se puede decir de los djinns: abrir una puerta y permitir que una criatura así se introduzca en la vida de uno es como si estuvieras pidiendo jaleo a gritos.

La historia de Jesse Woldman del anillo de segunda mano de la CIA, la saga del Dr. Mandor, y el increíble relato de Ray Boeche, -en relación con el Pentágono y esas entidades no humanas conocidas como ENHs-, sugieren colectivamente una cosa: que segmentos oficiales de hecho han realizado en secreto todo lo posible para relacionarse, de manera fáustica, con criaturas de algún reino (o reinos) de la existencia difícilmente perceptible.

Algunos pueden llamarles demonios; otros pueden referirse a ellos como djinns. Pero, con independencia del nombre, parecen inquietante-mente similares, por no decir casi idénticos. Que estas entidades nos tienen claramente un odio incontenible, por lo que sugiere que cualquier interacción entre “nosotros y ellos” debe ser evitada a toda costa.

Esperemos que, por el bien de todos, los círculos oficiales hayan aprendido la lección. Pero, de cualquier manera, lo dudo.

Como la experta en djinns Rosemary Ellen Guiley señala: “Si temes alguna cosa en tu vida, teme al djinn.”