En un nuevo artículo publicado en
Mysterious Universe titulado ¿Posee la CIA una joya
infestada por un Djinn? Jesse Woldman señala: “En una página que encontré
se anunciaba un anillo de segunda mano, por alrededor de 500 dólares. Lo que me
pareció particularmente interesante fue su descripción. Se alegó que el anillo
había sido usado por “una exitosa agente de la CIA” que había utilizado el
Djinn contenido en el interior para ser promovida de forma rápida dentro de su
departamento y disfrutar de muchas experiencias positivas, tanto en su vida
personal como profesional.”
Para aquellos que no están
familiarizados con los djins, son antiguas criaturas sobrenaturales que, de
acuerdo con el Corán, están hechos de “fuego sin humo”, y son por lo general
hostiles, manipuladores, e incluso mortales.
Woldman también apunta en su historia
del anillo de segunda mano de la CIA: “… este extravagante artículo me recordó
los rumores que había oído anteriormente sobre cómo el gobierno de los EE.UU.
de hecho mantenía relaciones con djinns y otras entidades, en un esfuerzo por
tratar de emplear estos poderes poco comprendidos para conseguir objetivos
militares “.
Esto es intrigante, ya que encaja
muy de cerca con mi propia investigación sobre cómo dichas entidades
potencialmente muy peligrosas han sido objeto de interés oficial, de alto
secreto.
En 2009 me reuní con un cierto
anciano Dr. Mandor, que me había invitado a su ruinosa casa. Infinitamente
paranoico y profundamente inquietante, Mandor aparentemente había estado al
frente de un proyecto cuasi-oficial encargado, a principios de 1980, de la
determinación de la verdad detrás del fenómeno de “abducción alienígena”. Decir
que Mandor estaba obsesionado con el mundo y la tradición de los djinns no es
un eufemismo.
Mandor, -quien creía que los
llamados “grises” del fenómeno OVNI eran literalmente djinns-,
también estaba obsesionado con tratar de evocar y dominar a un djinn, sin duda
un objetivo de proporciones definitivamente descabelladas. Conté la historia
del médico espeluznante en mi libro de 2010, Eventos
Finales. Pero Mandor aparentemente no era el único miembro de este proyecto
que tenía un deseo apremiante de convocar a las entidades sobrenaturales
empeñadas en atormentar a la raza humana.
El proyecto fue dirigido por un
grupo apodado la Elite Collins (su verdadero nombre todavía se me escapa).
Fui introducido en su mundo misterioso y oscuro por un sacerdote anglicano
(quien también es un ex-director estatal de la MUFON),
llamado Ray Boeche.
En enero de 2007 entrevisté a
Boeche sobre este mismo tema de integrantes de estamentos oficiales que tratan
de evocar, e incluso controlar, entidades peligrosas y malévolas para
beneficio militar. Como Ray me reveló, a finales de 1991 se reunió con dos miembros
del grupo, -ambos físicos del Departamento de Defensa de EE.UU.-, que le
contaron una fascinante pero peligrosa historia.
En las propias palabras de Ray…
“Me pareció interesante porque
ellos me habían contactado en el trabajo; y no tengo ni idea de cómo me
siguieron hasta allí. Pero ellos querían saber si podríamos reunirnos y
almorzar para hablar de algo importante. Me reuní con ellos por un breve
período de tiempo en esa primera reunión, y entonces dijeron: ‘Nos gustaría
reunirnos y tener una conversación más larga’. La organicé por fin y fue una
discusión bastante larga, probablemente tres horas y media. Y así es como
ocurrió todo.
Después de dos reuniones, cuando
tuve la oportunidad de comprobar que los hombres tenían los cargos que
pretendían mantener, y aparentemente eran quienes decían ser, yo estaba
intrigado y emocionado ante la posibilidad de haber tropezado con un área más o
menos intacta que podría ser investigada. Pero también estaba cauteloso en
términos de ‘¿por qué yo?’”
Y así fue que Boeche se sumió de
lleno en un mundo extraño y surrealista de proyectos clasificados del
Departamento de Defensa, reuniones secretas y seguimiento de diálogos con
fuentes del estilo Garganta Profunda, e historias de encuentros muy
inquietantes con lo que le describieron como ENH o entidades no humanas, que
muchos dentro de la comunidad de investigación OVNI creen son alienígenas, pero
que algunos elementos del Departamento de Defensa creen que son nada menos que
los esbirros engañosos de Satanás: los demonios.
“No tenía forma de saber antes de
nuestra reunión cara a cara si había alguna legitimidad en esto en absoluto”,
Ray me explicó. “No se me dio ninguna información en absoluto antes de nuestra
reunión; sólo la indicación de que estaban involucrados en áreas de
investigación que encontraría interesantes, y que tenían algunas preocupaciones
que deseaban tratar conmigo.”
Y ahí es donde todo se volvió
decididamente oscuro y siniestro, como Ray me dijo…
“Ellos llegaron a creer que las
ENHs no eran extraterrestres en absoluto; ellos creían que eran una especie de
entidades demoníacas. Y eso sin tener en cuenta cuan benevolentes o
beneficiosos parecían esas entidades con algunos de los contactados, siempre
terminaron siendo contaminados, -a falta de un término mejor-, con algo que a
la larga resultó ser malo. No había en última instancia nada positivo de la
interacción con las ENHs.”
Ray continuó: “Ellos sintieron
que realmente caía más en la categoría de un vasto engaño espiritual en lugar
de ovnis y extraterrestres. En el transcurso de toda la discusión, quedó claro
que ellos realmente veían esto como de un origen demoníaco que estaba allí
simplemente para tratar de confundir la cuestión en términos de quiénes eran,
lo que querían, y lo era la fuente de la verdad última.”
Como Ray también señaló: “Si
extrapolamos a partir de su postura que estos son demonios en el sentido
bíblico de la palabra, entonces, lo que estarían haciendo aquí sería intentar crear
un engaño espiritual para embaucar a tanta gente como sea posible.”
Y en cuanto a cómo los elementos
del Departamento de Defensa estaban involucrados con las ENHs en alguna forma
de contacto, a Boeche le contaron una historia verdaderamente extraña y alarmante:
“Por lo que me dijeron, parecía
que alguien había invocado algo y abrió una puerta para permitir que estas
cosas entraran. Eso es ciertamente la impresión que me dieron. Nunca he sido
capaz de conseguir un punto exacto de origen de este tipo de experimentos, o de
su participación, y cuando empezó. Pero tuve la impresión de que a causa de lo
que sabían y la información que presentaban, que habían participado por lo
menos durante varios años, o incluso que el proyecto había durado mucho más
tiempo.”
Ray también me dijo que los
involucrados en el proyecto detectaron una nube oscura que se cernía encima. No
estaban equivocados: hubo muertes asociadas con el programa, las ENHs
demostraron ser altamente engañosas y manipuladoras, y nada bueno salió de tales
arriesgados escarceos.
Y mucho se puede decir de los
djinns: abrir una puerta y permitir que una criatura así se introduzca en la
vida de uno es como si estuvieras pidiendo jaleo a gritos.
La historia de Jesse Woldman del
anillo de segunda mano de la CIA, la saga del Dr. Mandor, y el increíble relato
de Ray Boeche, -en relación con el Pentágono y esas entidades no humanas
conocidas como ENHs-, sugieren colectivamente una cosa: que segmentos oficiales
de hecho han realizado en secreto todo lo posible para relacionarse, de manera
fáustica, con criaturas de algún reino (o reinos) de la existencia difícilmente
perceptible.
Algunos pueden llamarles
demonios; otros pueden referirse a ellos como djinns. Pero, con independencia
del nombre, parecen inquietante-mente similares, por no decir casi idénticos.
Que estas entidades nos tienen claramente un odio incontenible, por lo que
sugiere que cualquier interacción entre “nosotros y ellos” debe ser evitada a
toda costa.
Esperemos que, por el bien de
todos, los círculos oficiales hayan aprendido la lección. Pero, de cualquier
manera, lo dudo.
Como la experta en djinns Rosemary
Ellen Guiley señala: “Si temes alguna cosa en tu vida, teme al djinn.”